Las consecuencias de las malas actitudes son el estrés laboral, el burnout, el acoso laboral, los rumores, el mobbing y la discriminación.
Cuando se ha trabajado durante varios años en una misma empresa se dejan de cuestionar diversas actitudes negativas, al grado de aceptar que son situaciones normales y hasta necesarias por lo que no se cuestionan y mucho menos se piensa en cómo erradicarlas, algunas de estas malas actitudes son:
Individualismo
Pereza
Actitud pasiva
Impuntualidad
Comportamiento grosero
Postergar
No aceptar los errores
Perder el tiempo
Quejas constantes sin fundamentos
Desinterés en general
Algunas de las consecuencias de esas malas actitudes son el estrés laboral, el burnout, el acoso laboral, los rumores, el mobbing y la discriminación. Las causas pueden ir desde problemas personales o financieros, cuestiones de salud, satisfacción laboral, falta de nuevos retos, incumplimiento de pagos por parte de la empresa, despidos e incertidumbre laboral. Cada mala actitud afecta de una u otra manera a todos los integrantes de la organización, ya sea en temas de productividad o en el ambiente laboral.
Una vez que se conocen las actitudes negativas que pueden mermar la productividad y dañar la moral de los colaboradores de las organizaciones es preciso tomar acciones para contrarrestar el efecto negativo, por ejemplo:
Seleccionar a las personas adecuadas para cada puesto.
Evaluar correctamente y de forma real a los colaboradores.
Generar lazos entre los colaboradores.
Incentivar a las personas.
Promover buenas prácticas dentro de la empresa como el trabajo en equipo.
Crear espacios de descanso.
Implementar actividades de integración y recreativas.
Medir el grado de satisfacción y compromiso de las personas.
Eliminar la incertidumbre con un programa de comunicación claro.
Congruencia entre lo que se piensa, se dice y se hace.
Las actitudes positivas permiten a las personas mejorar sus relaciones en el trabajo, las motiva a desarrollar su creatividad e iniciativa, además contribuirán a aumentar su felicidad, dinamismo y productividad. La comprensión de cómo las actitudes positivas y negativas afectan el lugar de trabajo es un paso importante para la creación de un ambiente laboral armonioso, lograrlo no es tarea exclusiva de los directivos, es una labor en la que todos los integrantes de la organización se deben involucrar y en conjunto limpiar el mal ambiente que contamina a la empresa.