La capacidad de una organización para adaptarse a los constantes cambios del entorno es clave para asegurar su crecimiento y permanencia en el mercado. Los directivos necesitan invertir en educación y desarrollo para impulsar la innovación en la compañía; al estimular el aprendizaje de los colaboradores es posible crear estrategias que aprovechen el potencial de las personas para generar valor a los clientes.
Para impulsar el aprendizaje en la organización es importante contar con la participación de los colaboradores, por ello, el liderazgo de los directivos es clave para orientar a su equipo durante el proceso de aprendizaje.
Esta estrategia tiene como objetivo reforzar las habilidades que necesitan los colaboradores para desempeñar sus actividades, al mismo tiempo, se busca impulsar el crecimiento de la compañía a través del factor humano.
Ahora bien, para aprovechar el aprendizaje como una estrategia de negocio es importante considerar lo siguiente:
- Compromiso: Es importante que los programas de formación y desarrollo adopten un enfoque estratégico, además de tomar en cuenta las necesidades del personal, se deben considerar los objetivos de la compañía; de esta manera es posible generar compromiso tanto de la alta dirección como de los colaboradores.
- Colaboración: Los líderes necesitan brindarle a su equipo los elementos adecuados para gestionar su aprendizaje, al proporcionarles autonomía, cada profesionista será el encargado de gestionar su aprendizaje, lo que garantiza la obtención de conocimiento en función de sus necesidades.
- Retroalimentación: El feedback permite encontrar áreas de oportunidad tanto a nivel individual como grupal, al identificar las necesidades de capacitación del personal los directivos pueden generar acciones que mejoren la experiencia de aprendizaje.
- El aprendIzaje está relacionado con la capacidad de innovar de la empresa, contar con colaboradores cualificados contribuye a la mejora de procesos, facilita el desarrollo de nuevos productos e incrementa la calidad del trabajo. A su vez, los beneficios de invertir en formación continua se ven reflejados en el aumento de la competitividad del negocio así como en el valor percibido por los clientes.
El compromiso que los líderes adquieren con el desarrollo tanto profesional como personal de sus colaboradores es fundamental para lograr que los programas de formación y desarrollo obtengan los resultados esperados. Para que estas acciones den como resultado el crecimiento de la compañía es necesario contar con mecanismos de control que den seguimiento al plan de acción. En este sentido, implementar evaluaciones de desempeño ayudará a los directivos a identificar áreas de oportunidad que permitan mejorar los programas de capacitación.
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